Diseño emocional
Cómo generar sensaciones y sentimientos para ser efectivo.
Te lo cuento en este post
Para empezar, ¿qué es el diseño gráfico emocional?
Lo que buscamos las personas creativas cuando diseñamos imágenes es generar emociones en las personas que las ven. El impacto se genera desde un estudio profundo de la realidad. Para lograrlo, hay que cuestionarse cómo las personas entienden el mundo, teniendo en cuenta su contexto personal, social e incluso histórico.
Pensar en la relación entre diseñador y observador, recurrir a sus sentimientos, aspiraciones, recorrido… a la situación social dentro de un marco como el actual de pandemia… supone buscar un impacto profundo en personas con nombre y apellidos.
Dentro del mundo del diseño emocional, uno de los mayores referentes del momento es, en mi opinión, Javier Jaen.
Sin el factor y análisis emocional no hay nada
Conseguir el llamado factor emocional en los proyectos de diseño, no es tarea sencilla. Todas las variantes suman; no acertar en simplemente una de ellas, puede llevar a un solemne fiasco. La experiencia ha de ser total.
No se trata sólo de estética, en el diseño emocional hay algo mucho más solemne y profundo. El conocimiento sobre cómo nos comunicamos a través de las imágenes es fundamental. Y este se crea mediante el estudio, el recorrido personal e histórico.
Como en todo, dentro del mundo del diseño, el nivel de la eficiencia técnica y el de la belleza estética debe estar en consonancia y a partes iguales, generando así valor añadido.
Se trata de ser capaz de diseñar una experiencia que genere un sentimiento favorable hacia el mensaje implícito en tu idea, marca o proyecto, mediante el conocimiento de las personas y del arte de la comunicación gráfica, provocando emociones honestas en un mundo de apariencias.
Cuáles son las fases del diseño emocional
Hay un libro llamado Emotional Design de Donald Norman donde se expone cómo un diseño se hace atractivo cuando se tiene la la sensación de que algo que aparentemente es similar a otra cosa funciona mejor, sabe mejor, en definitivas cuentas hace que su elección sea la mejor. Si “entra por el ojo”, el éxito está asegurado, por qué, porque hemos logrado generar una sensación placentera.
Según su autor hay tres fases antes de amar o despreciar algo: Visceral, conductual, reflexiva.
- Hablando de lo visceral: una buena imagen que genera un interés instantáneo de atención y compra impulsiva.
- Respuesta conductiva: tras esa primera respuesta visceral viene la conductiva y es aquella que tras la adquisición por impulso, y tras su uso, observamos que además de su componente estético es eficiente, cumple lo que prometa e incluso mejora las expectativas que uno pueda tener respecto a su uso o función. Para la respuesta conductiva es necesaria la experiencia vital de uso.
- Respuesta reflexiva: es una respuesta a largo plazo, es aquella que genera fidelidad a una marca o producto e incluso la filiación o prescripción. Sería el tercer paso de la cadena emocional desde lo irracional hasta lo racional.
- Han de establecerse algún tipo de relación entre diseño y persona. Para acertar con el mensaje del diseño, tenemos que tener muy bien definido qué persona lo recibirá y qué relación vamos a establecer.
- Permanecen durante un tiempo limitado, generalmente corto: un unboxing, es una experiencia que ha de diseñarse cuando se proyecta o diseña un packaging, es un momento concreto de uso, pero ha de ser memorable.
- Están dirigidas a personas entendiéndolas como unidad, no como masa. Las emociones son personales ya que van ligadas a la personalidad. Están influenciadas por experiencias, asociaciones o recuerdos u objetivos.
Cómo diseñar emocionalmente
Estos pasos pueden ayudarnos a generar un vínculo directo con las personas. Si está bien construido el diseño será emocional y residirá en el consciente y subconsciente, lo cual permitirá una relación de calidad a largo y corto plazo, tanto a nivel del éxito del mensaje como de la percepción de la empresa.
¿Te ha gustado nuestro post sobre diseño gráfico emocional?
Hemos querido aportar unas pequeñas pinceladas sobre cuáles son las bases para elaborar un buen diseño gráfico emocional.
En nuestro estudio entendemos que para que un diseño sea un buen diseño, hay que buscar el equilibrio entre la emoción y la eficiencia, además de aportar el más alto valor estético que potencie tu mensaje.
Uno de los últimos proyectos que hemos diseñado en Aidearte es la campaña que realizamos para el Ayuntamiento de Bilbao con motivo del 8 de marzo, una de las imágenes con las que ilustramos este post.
Si quieres saber un poco más sobre esta campaña puedes entrar a ver nuestro portfolio.
Y si quieres que te ayudemos con tu proyecto no dudes en contactar con nuestro estudio.