No hablarán de tu marca, hablarán de ti.
Primero dar y luego recibir.
Ganarnos el respeto de nuestros clientes es esencial y cualquiera que se dedique al Branding lo sabe y hoy te lo contamos a ti. Este post nos sirve no solo para comenzar el curso este septiembre. También lo hace como fiel espejo de como en estos casi 10 años de andadura, hemos probado y comprobado que el trato de “tú a tú”, por nuestros nombres, genera las relaciones de confianza que perduran en el tiempo con nuestra clientela.
La integridad y la honestidad son valores éticos de inflexión, de los que debemos partir a la hora de enfrentarnos con un producto al mercado.
Por supuesto, el propósito es comercializar nuestras propuestas y demostrar que ofrecemos calidad para atraer a un segmento específico.
Pero estaremos cometiendo un grave error, si centramos todas las estrategias en promociones de venta, sin realizar el mínimo esfuerzo en trabajar las emociones: Debemos adentrarnos en la mente y el corazón de nuestros consumidores.
Del mismo modo, las personas que colaboran a tu alrededor son esenciales para construir y transmitir una historia genuina basada en los principios de tu negocio, ocurre de igual modo en empresas grandes o pequeñas, aún más en las pequeñas si cabe.
El equipo de tu marca actúa como los constructores de un puente, asegurándose de que los cimientos sean sólidos y seguros. Trabajan en equipo para verificar que cada ladrillo esté perfectamente colocado.
El consumidor, necesita sentirse a salvo, no sólo busca realizar un simple recorrido por dicho puente. Al finalizar la travesía, además de recordar una experiencia agradable, tendrá muy presente, que ese sólido viaducto fue edificado gracias a personas.
La unión y la coherencia hacen la fuerza.
Una marca que es consistente y respeta su manifiesto y valores fundamentales, invierte en personas, ya que se convertirán en portavoces de la empresa.
Considera a tu marca como una sinfonía orquestal, donde cada miembro se encarga de interpretar con su instrumento la partitura (coherencia e identidad). Si los músicos están motivados, preparados y actúan en cohesión, el resultado será armonioso y la audiencia disfrutará de una velada inolvidable.
Tu público no solo saldrá encantado y se llevará consigo una sensación gratificante, sino que compartirá sus impresiones con vecinos, amigos y familiares.
Y aquí es donde se obra el milagro: tus propios clientes se transforman en embajadores de tu marca.
La primera impresión no es siempre la que cuenta
La clave se basa en nuestra capacidad para evolucionar y conectar en profundidad con otras personas, tanto interna como externamente, y forjar un ecosistema de confianza mutua.
Mantener una dinámica firme en cada interacción, escuchar y ponernos en la piel de los consumidores, nos hace empáticos y humanos.
En el vasto horizonte del mercado, miles de marcas compiten por destacar: no serán los eslóganes ni las promesas sin fundamento, los que hagan perdurar tu esencia, sino apostar sin miedo por conexiones más auténticas, más humanas.
¿Cómo Podemos Ayudarte desde Aidearte?
Te animamos a que confíes en nuestro criterio y asesoramiento aquí para fortificar las relaciones con tus clientes.