Para el diseño de está actuación gráfica, se parte de la base y la acción de abrir a la ciudadania el espacio de Harrobia, desde un punto inocente hacia lo que acontece en el interior. Es una mirada curiosa, la que invita a modo amigable y como decía inocente a entrar tras los muros de la antigua iglesia, en donde todo el barrio a acudido bien sea para un oficio, boda, comunión… pero que hoy no se “sabe” que es lo que ocurre en el interior. En este punto presentamos el mundo de las artes escénicas, con personajes que inscriben y describen su hacer en este mundo, así pues, estos artistas miran tras bambalinas a la sociedad, a aquellos que les visitan y a quienes invitan a formar parte del mundo de Harrobia.

Por otro lado la implicación histórica del barrio se hace visible de manera sutil, bien sea por el nombramiento de todas sus calles, nombradas a partir de antiguos caserios de la zona, lo cual hace que los propios nombres no se ubiquen nada más que en el barrio, o personas ilustres del propio barrio como el sacerdote Don Diego, que claro está ofició en dicha iglesia, son círculos que se cierran, Harrobia surge como un lugar de encuentro para todas las personas.

Por otro lado, Otxarkoaga se bautizó con este nombre debido a la cantidad de flores amarillas que en las campas había, en proyecto se llamó el Polígono de las flores amarillas, que aparecen en una de las vestimentas de una de las artistas del mural.

Finalmente la visión de conversión ecológica se ofrece en dos actuaciones: